DIY: Cesto de los tesoros


Hoy os traigo un DIY muy fácil pero que yo me he divertido mucho haciendo y Vera todavía más usando. Se trata del famoso “cesto de los tesoros”, una de las actividades Montessori más conocidas.

Básicamente consiste en buscar una cesta/caja/recipiente en la que meteremos objetos de la vida cotidiana (no juguetes) que creamos que puedan resultarles interesantes o atractivos al niño. 

Esta actividad me gusta muchísimo, porque seguro que habréis oído aquello de “tiene todos los juguetes del mundo pero luego juega con cualquier cosa”. Y es que muchas veces es así: llega una etapa en el desarrollo de los bebés en la que les interesa muchísimo explorar todo lo que hay a su alrededor y sienten mucha curiosidad por las cosas “de los adultos” que nos ven manipular rutinariamente.

“El cesto de los tesoros” tiene múltiples beneficios (se potencia la concentración, las habilidades manipulativas y la psicomotricidad en general), pero sin duda el que más me gusta es el hecho de que potencia la imaginación: una cuchara en nuestras manos es una cuchara, pero en las manos de tu bebé puede ser cualquier cosa. Y así con todos los demás objetos.

Y bien, ¿qué tipo de objetos añadir? Como ya he explicado, la idea es no añadir juguetes, porque esta es una actividad que demuestra claramente que para jugar no hacen falta juguetes. Lo ideal sería incluir objetos de distintas texturas, formas, tamaños y temperaturas... Pero sin sobrecargar. No se deben añadir más de cinco o seis objetos al mismo tiempo.  Yo he empezado con cinco. Puedes meterle cosas que sabes que le gustan a tu bebé o cosas que crees que le pueden gustar. 

En realidad este DIY tiene poco de “hacer” y mucho de comprar o de ir seleccionando cosas por casa. En cualquier caso, es bastante barato. A continuación os hago una selección de las cosas que les he puesto yo a Vera, aunque en el futuro iré añadiendo más y las iré rotando, porque hay que cambiar los objetos con relativa frecuencia para que el bebé no se canse de ellos. Por ejemplo, en esta primera fase no las he comprado pero próximamente cuando cambie los objetos que hay ahora le añadiré unas llaves, porque a a Vera le chiflan (no es la única, ¿verdad?) .

Es importante añadir que este juego, aunque en general está pensado para que el niño juegue solo y a su aire (esto no quita que tú puedas estar ahí a su lado diciéndole qué es cada cosa y tal) debe producirse siempre bajo la supervisión de un adulto, porque aunque todos las cosas que incluyamos en la cesta deben ser seguras, en el sentido de no tener bordes que pinchen a trozos que se deshagan, no tenemos que olvidar que, no son juguetes, y por lo tanto no han pasado los controles de seguridad infantil.

Sin más, paso a enseñaros lo que le he comprado a Vera para inaugurar su cesto de los tesoros.

- La cesta. Desde que se me ocurrió la idea de hacerle esto, hace ya varios meses, iba mirando cestas allá donde iba, pero ninguna acababa de convencerme, y las que lo hacían me parecían carísimas. Hasta que un día, como pasa casi siempre en la vida, sin buscarla, la encontré. Estaba en Primark comprando pijamas para Vera (un clásico) y cuando estaba yendo hacia la caja vi en los estantes cercanos esta cesta tan mona, que tiene un tamaño ideal (20 x 19 cm) ) y que no es ni 100% dura ni 100% blanda. Y el precio, como todo lo del Primark, ideal (6 €), así que dije, para casa. 

- Un botón grande de pasta tipo disfraz de payaso como este.

-Un huevo de madera para zurcir calcetines. Diría que este es el favorito de Vera.

- Una taza pequeña de latón que también en el futuro servirá para el juego simbólico, y que ahora aprovecha para aporrear por ahí y que suene. 

-Un palo de miel, al que le añadí unos lacitos de la mercería y que ha quedado monísimo.

- Una cesta de plástico pequeña de Tiger.

Y ya está, esta es la primera presentación que ha tenido Vera de su cesto de los tesoros, y la verdad es que le ha gustado. Se entretiene sacando las cosas y mirándolas, y yo ya estoy con otro títere más en la cabeza seleccionando más elementos para ir reponiéndole.

Espero que os haya gustado y os haya dado alguna idea.

Sin más, hasta aquí por hoy. ¡Gracias por leer!

Un abrazo,

Clara.



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