El gran dilema: ¿BLW sí o BLW no?

Y de pronto, casi sin darnos cuenta, llegaron los seis meses. Un mes de cambios. El mes que deja atrás la lactancia exclusiva (sea esta materna o artificial) para dar paso, si el bebé esté preparado, a la alimentación complementaria. Un universo nuevo para los padres y el bebé.

Cuando estaba embarazada no pensaba en este momento. Sólo pensaba en la etapa del recién nacido, y esto lo veía muy lejos. Me imaginaba simplemente dando la teta. Y a mí que tanto leo y leo y busco y busco, me llegaron los seis meses con los deberes por hacer.

En la revisión de los cuatro meses la pediatra nos dio la famosa hojita de la alimentación complementaria. Al saber que mi hija se alimentaba con leche de fórmula, nos dijo que teníamos que empezar ya con los cereales y a los cinco meses con la fruta. A partir de ahí, el orden de introducción de los alimentos era el "tradicional". Se trata, a mi juicio, de un orden bastante complejo: a los seis meses se meten las verduras, primero solas, luego con pollo. A los siete meses la ternera, a los nueve el pescado blanco, a los 10 la yema del huevo, a los 11 la clara y a los 12 las legumbres.

Yo, que como os he dicho, poco me había informado por aquel entonces sobre la alimentación complementaria, no sabía mucho del tema, pero sabía lo suficiente como para tener claro que estas recomendaciones están desactualizadas y no se corresponden con las últimas evidencias científicas (de hecho, así se ha pronunciado la Asociación Española de Pediatría recientemente, pero de esto hablaré más adelante).

A poco que leas te queda claro en un momento que hasta los seis meses la lactancia debe ser exclusiva, y que a partir de ahí, no hay un orden estricto para introducir los alimentos y que, salvo ciertas precauciones con algunas comidas concretas, el bebé puede comer de todo.

La primera vez que escuché las palabras "Baby Led Weaning" (BLW) estaba embarazada. Una amiga me preguntó si había pensado seguir ese método con Vera, y yo le dije, "¿pero eso qué es?". Ella me respondió: "una cosa que en su día mi hermana hizo con mi sobrino y que básicamente era no darle purés sino comida normal desde el principio, y le fue muy bien y ahora el niño come estupendamente". A lo que yo respondí: "¿pero y cómo va a comer comida normal si no tiene dientes?", y ella me contestó con un simple "pues no sé". Ahí quedó la cosa. Yo pensé que para qué me iba a calentar la cabeza si todavía quedaba mucho para eso. Que llegado el momento, ya vería.

Y llegó el momento. Llegaron los cinco meses y, aunque a los cuatro ya habíamos introducido los cereales por un motivo que ya expliqué en este post, no introducimos la fruta. Entonces no tenía aún decidido que quería hacer BLW, pero tampoco quería cerrarme puertas. Empecé a seguir cuentas de Instagram de madres que hacían BLW con sus hijos, e iba mirando. Sin presiones. Me iba pareciendo cada vez más interesante.

Por el camino, se publicó esta guía de la Asociación Española de Pediatría (AEP) en la que, por primera vez, se hablaba del BLW y se le daba el beneplácito a este método. Además, se hablaba de los riesgos que conlleva empezar con la alimentación complementaria antes de los seis meses. Y yo, que soy mucho de la evidencia científica -aunque la AEP tiene cositas que no me gustan un pelo- terminé de venirme arriba. (Inciso: estaba mirando ahora el documento para enlazarlo y, misteriosamente, ha desaparecido y en su lugar hay un comunicado de prensa. Qué cosas, oye. Mi opinión personal es que se han echado un poco atrás por la repercusión que ha tenido el documento, pero esto es mera especulación).

Así que me empecé a plantear en serio lo del BLW, pero había dudas que no se despejaban. Por un lado, cuanto más iba leyendo sobre el método, más sentido le veía, más me convencía y más acorde creía que iba con mi filosofía de crianza, pero por otro, me abrumaba la cantidad de trabajo que suponía (ahora ahondaré en el tema, pero básicamente todo se resume en que soy NULA en la cocina y el tema de hacer purés lo veía mucho más fácil). También me pesaba mucho el hecho de haber puesto tanto esfuerzo físico pero sobre todo emocional en una lactancia que finalmente había fracasado, y no quería intentar otra cosa que también fracasase y volviera a frustrarme. Estaba hecha un lío, vamos. 

Con esto en la cabeza, empecé a leer en serio. Un poco a contrarreloj porque se acercaban los seis meses, pero sin presiones. Sólo lo haría si me sentía a gusto. Y por encima de todo, no me obsesionaría. Si se puede, se puede, y si no, pues nada. O un BLW mixto, que también está muy bien. 

Total, que empecé a leer. Leí, y me convencí. Y cuando llegó el momento en el que consideramos que Vera estaba preparada, fuimos a por ello, y hoy os puedo decir que aunque no sé si podemos hablar de que tenemos un BLW exitoso e instaurado (me gusta ser precavida en esto) sí que sé que llevamos exactamente 38 días con este método y estamos muy contentos. Vera cada día come mejor, con mayor destreza, disfruta más con la comida y tiene ya muchos alimentos introducidos. Nosotros, a su vez, estamos encantados de verla disfrutar así y nos sentimos cada día más seguros y satisfechos de haber optado por esto.

A partir de aquí, y explicados un poco estos antecedentes personales para que entendáis nuestra historia, voy a dar una serie de puntos que a mí me preocupaban mucho, y os diré cómo los hemos resuelto. Espero que os sirvan de ayuda:

-El tema del biberón: a nada que te informes sobre el BLW te enteras de que los bebés alimentados con pecho aceptan más fácilmente el método que los bebés alimentados con biberón. Si lo piensas, esto tiene sentido, porque el sabor de la leche materna no es siempre el mismo, sino que va cambiando en función de lo que come la madre, y por eso el bebé es más receptivo a probar nuevos sabores. La leche de fórmula, sin embargo, siempre sabe igual, y esto puede hacer que al bebé le cueste más probar nuevos sabores. Aunque esto no le ha supuesto ningún problema a Vera.

Otro factor muy importante en este sentido es que los bebés que se alimentan con lactancia materna ya comen solos, que es en lo que se basa toda la filosofía del BLW, que no olvidemos que en español sería algo así como "alimentación dirigida por el bebé". Es imposible obligar a un bebé de pecho a comer, porque es él el que tiene que hacer el esfuerzo para succionar y sacar el alimento. Todos sabemos que esto es muy distinto en un bebé que toma biberón, en donde los padres muchas veces insisten e insisten en que el bebé coma más a pesar de que éste da muestras de no querer seguir comiendo. No voy a decir que nunca haya hecho esto porque no quiero ser hipócrita, ya que es cierto que hay veces que Vera quería comer muy muy poco y esto me ponía muy nerviosa, pero, en general, intento no obligarla a comer y respetar cuando ella decide no querer más. De lo contrario me siento muy mal, como si le estuviera faltando el respeto. Y lo peor de todo esto es que, al hacerlo, estaríamos manipulando su sensación de saciedad, que es otro de los pilares del BLW: atender a la sensación de hambre y de saciedad.

Así que bueno, esa era otra de las cosas que me preocupaban: que por ser una niña de biberón, Vera está acostumbrada a "que le den de comer" en lugar de a "tomar la iniciativa para comer" y esto es un gran cambio tanto para ella (muchas veces con los sólidos Vera lo que hace es acercar la boca a la comida, en lugar de cogerla con las manos) como para nosotros, pero bueno, hay que cambiar el chip y confiar en tu bebé.

- Otro tema que me preocupaba era, evidentemente, el del atragantamiento. Como es normal, pensaba que si le daba sólidos a un bebé sin dientes pues se iba a asfixiar. Y aunque por un lado pensaba: "jo, qué método más guay, me encantaría hacerlo", por otro lado me decía a mí misma: "ya verás qué bien como la niña se te asfixie por la gracia de tú haber ido de moderna y haber querido ser más guay que nadie probando este dichoso método". Antes de proseguir, os mostraré este estudio cuya existencia me tranquilizó mucho conocer en su día y que demuestra que los bebés alimentados con BLW no se atragantan más que los que comen con la alimentación tradicional (purés).

Para resolver ese dilema y la gran mayoría que os puedan surgir con el BLW, os diré que es IMPRESCINDIBLE que os leáis el libro en el que se explica todo. "El niño ya come solo", de Gill Rapley y Tracey Murkett es "el libro original" del BLW en el que se desarrolla todo el método. Después se han escrito muchos más libros que están muy bien, porque tienen recetas y tal, pero este fue el primero y es la base de todo.

Pues bien, este libro explica a nivel teórico por qué el bebé no se va a asfixiar cuando le des los sólidos, y te enseña que hay que diferenciar entre tres términos muy claros que muchas veces se mezclan: el atragantamiento, la arcada y la asfixia. Los dos primeros son muy comunes, y el último sería el grave.

El atragantamiento es cuando el alimento ocupa parte de las vías respiratorias y el aire entra con dificultad, pero entra, y el niño empieza a toser (si no entrara nada de aire el niño ni siquiera podría toser y empezaría a ponerse rojo, ahí estaríamos hablando de una asfixia) para despejar las vías respiratorias. Tose, despeja las vías respiratorias y sigue como si nada. La arcada todos la conocemos: es un reflejo por el cual expulsamos algo de la boca haciendo un movimiento para sacarlo que en los bebés puede resultar llamativo o agobiante pero que es totalmente normal. Y por último, la asfixia se produce cuando las vías respiratorias están totalmente bloqueadas, no puede entrar el aire y ahí ya el bebé empezaría a ponerse rojo y habría que llamar a emergencias y hacer las técnicas de reanimación.

En el libro se explica como tanto la arcada como el atragantamiento (toser) son perfectamente normales y son mecanismos que tiene el bebé para expulsar lo que no sabe gestionar. Y efectivamente, es así: me tranquilizó mucho ver como, por una vez, toda la teoría que había leído se correspondía con la práctica, y cuando Vera se mete un trozo muy grande a la boca tose o da una arcada y lo saca. De hecho, en este mes y pico que llevamos de BLW he podido observar su evolución, y ya cada vez tose menos y le dan menos arcadas. Aunque no os voy a negar que los dos primeros días tuve mis dudas, después ella misma fue evolucionando y mejorando y yo me fui tranquilizando y ahora no tengo miedo alguno al atragantamiento.

Para el tema de la asfixia también es muy importante que empecéis el BLW cuando vuestro bebé esté preparado. Como sabéis, la alimentación complementaria se inicia a partir de los seis meses. Pero, aunque parezca mentira, aquí hay que resaltar que "a partir" significa eso, a partir, y no "a los seis meses". Por tanto, no debéis empezar con el BLW hasta que vuestro bebé lo decida, hasta que dé muestras externas de estar listo. ¿Y cómo sabré cuándo está listo? Pues, aunque reitero que antes de empezar nada DEBÉIS leeros el libro, en resumidas cuentas los requisitos serían los siguientes:

-Que no sea prematuro, tenga algún problema digestivo o retraso en el desarrollo (en cuyo caso debéis preguntar a un especialista).

-Que tenga los seis meses cumplidos.

-Que exista una buena coordinación ojo-mano-boca. Es importante que vuestro bebé sea capaz de agarrar con su mano aquello que ve y después poder llevárselo satisfactoriamente a la boca. Si coge algo pero no atina a metérselo en la boca sólo se frustrará.

-Que muestre interés por la comida. En nuestro caso, Vera estaba deseando comer. Cuando comía con ella sobre mis rodillas quería arrancarme la cuchara de la mano todo el rato.

-Fundamental que haya perdido el reflejo de extrusión. Se trata de un reflejo fisiológico por el cual los bebés expulsan automáticamente todo lo que se les introduce en la boca. Desaparece solo entre los cuatro y los seis meses. Yo comprobé que a Vera le había desaparecido porque la vitamina D se la doy con cuchara, y me fijé en cuándo dejó de escupirla.

-Que se mantenga recto en la trona. Esto no quiere decir que se siente solo. Es decir, que lo dejes en mitad del suelo, sin respaldo, y se mantenga sentado (eso no suele pasar antes de los 7 u 8 meses). Significa que cuando lo dejes sobre su trona, con el respaldo recto, no se vaya para los lados, sino que se mantenga. Esto es muy importante para el tema del atragantamiento (profundizo en esto a continuación).

Si tu bebé cumple todo esto, está listo para empezar el BLW.

Ahora voy a dar algunas normas de seguridad básicas.

1- Infórmate. Lee algo más aparte de este post (el libro antes mencionado, por ejemplo).

2- Es FUNDAMENTAL que el bebé tenga el respaldo recto cuando le das de comer. No, no puede estar echado un poquito para atrás, cosa que es muy común cuando se alimenta a los bebés en la trona, en la hamaquita o en el carrito. Si nos vamos hacia atrás la comida se va más fácilmente a la tráquea y hay mayor riesgo de asfixia (esto sirve también para los purés, por cierto). Sin embargo, si estamos rectos es mucho más fácil expulsar la comida que no podemos gestionar. En realidad esto es de sentido común, pero hasta que no te paras a pensarlo, no caes.

3- NUNCA dejes al bebé solo mientras come y estate pendiente de él todo el rato, porque recuerda, las asfixias son silenciosas.

Por último, os voy a dar una lista con las que creo que serían las ventajas y los inconvenientes de este método.

VENTAJAS:

-No obligamos a comer, establecemos una relación sana con la comida. Probamos los sabores reales (no mezclados en un puré donde no distinguimos un sabor de otro), conocemos distintas texturas y temperaturas de los alimentos, aprendemos el placer de comer, no premiamos ni castigamos con comida...

-Se trabaja la motricidad fina, porque hay que agarrar los trozos, que a veces son bastante pequeños y se resbalan. Esto es real: en el tiempo que llevamos haciéndolo, he ido observando cómo Vera va cada vez agarrando mejor las cosas.

-Y en definitiva, la mayor ventaja que le veo a este método y por lo que fundamentalmente lo hago es porque todas las referencias que tengo de niños que lo han hecho son niños que ahora disfrutan de la comida, que tienden a probar nuevos sabores, que les gusta comer sano y que de hecho les gustan muchas cosas que se supone que "no les gustan a los niños". No obstante esto es sólo teoría, porque luego cada niño es un mundo e igual tú has estado ahí rompiéndote la cabeza con el BLW y luego el niño come fatal, pero bueno. El tiempo dirá.

INCONVENIENTES:

-Es un currazo, especialmente para alguien con 0 experiencia en la cocina como yo a la que hasta una tortilla francesa le quedaba mal. Pero creedme, si yo puedo, vosotros también. En Instagram y en internet en general hay muchas ideas. Yo últimamente estoy poniendo algunas de las cosas que hago en mi cuenta, por si os interesa.

-Requiere de mucho tiempo: tiempo para pensar qué haces, tiempo para comprarlo y tiempo para cocinarlo. Y ya sabemos que el tiempo con un bebé es un bien muy escaso.

-Es un método MUY sucio: al principio, los bebés comen con las manos y lo tiran todo por el suelo. Después de comer pasas mucho tiempo (más tiempo) limpiando la cocina y limpiándolo a él (Vera la mayoría de las veces come en pañal y después a la ducha, gracias al cielo que estamos en verano).

-Necesitas de cierta tranquilidad. Es decir, si te has leído el libro, sabes que las arcadas son normales y a mí hasta me tranquilizaba que las hiciera, porque eso significaba que estaba haciéndolo bien, pero la verdad es que, especialmente al principio, necesitas mantener la calma cuando le ves meterse todo el plátano a la boca, porque los bebés son muy brutos y se meten trozacos. Si eso te va a poner muy muy nerviosa y vas a tener incluso la tentación de meterle la mano a la boca para sacarle el trozo (cosa que nunca hay que hacer) este método no es para ti. Por otro lado, si la persona con la que se va a quedar tu bebé mientras tú estás trabajando no se siente cómoda con este método o no se ha informado sobre él, tampoco es aconsejable, pienso yo. Esto sirve también para las guarderías.

-A veces puede ser frustrante, porque hay días que estás toda la mañana cocinando algo, te ha quedado buenísimo, estás contentísima y luego, cuando se lo das a tu hijo, mira tú, resulta que no lo quiere. A mí esto sólo me ha pasado una vez, pero bueno, pasa, y como he dicho, frustra.

-Requiere de paciencia. No esperes que tu hijo coma mucho el primer día. Ni el segundo, ni el tercero. Al principio solo va a explorar, a jugar, y lo poco que se meta a la boca lo acabará soltando porque no sabe gestionarlo. Pero confía, espera. Verás como progresa y verás como ambos estáis cada vez más satisfechos.

-Se desperdicia MUCHA comida. Es la realidad. El niño tira la comida por el suelo, y entre eso y la que se le va deshaciendo en las manos y ya no es aprovechable, necesitas mucha cantidad de comida para que al final coma poca. Aunque todo esto también va mejorando con el tiempo, la verdad. Conforme el niño va siendo capaz de ir agarrando los trozos más pequeños todo se aprovecha mejor, y según pasa el tiempo también tira menos cosas al suelo. 

Y bueno, este sería la primera aproximación que quería hacer por aquí al BLW. Próximamente haré un post que sea algo así como “un mes de BLW” en el que os contaré qué alimentos toma ya Vera, así como trucos sobre cómo cocinarlos, qué texturas deben tener, cuál debe ser el corte... esto es un mundo. Si estáis interesados en que hable de algo concreto, ponédmelo en los comentarios o en las redes, y en la medida de lo posible intentaré hablar de ello. 

Y ya para acabar quería recalcar muy muy fuerte que no pienso que este método sea mejor a otro, que la cosa se ha puesto en un plan que hoy día parece que tienes que dar explicaciones de por qué no haces BLW, y que, como siempre, lo mejor para tu bebé es lo que a vosotros os hace estar en paz, armonía y felicidad, y si seguir el BLW te va a hacer estar intranquila o estresada, no merece la pena. Tan sencillo como eso.

Sin más, hasta aquí por hoy.

Gracias por leer. Un abrazo,

Clara.

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Dos meses de BLW: aspectos prácticos 

Comentarios

  1. Me ha encantado el post! Super bien explicado, es un resumen muy muy bueno. Es una pena que los pediatras sigan dando la "hojita" y más que lo hagan a los 4 meses. No tiene ningún sentido introducir los alimentos así. Yo, aunque no hice BLW, si que introduje todos los alimentos desde el principio, añadia uno diferente cada dia para poder identificar si algo le daba alergia.

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  2. Muxas gracias por compartir tu experiencia! Me siento además muy identificada porque acabo de empezar con el blw y no me gusta nada cocinar, pero estoy motivada y en ello estamos :), muchisimas gracias por toda la info!

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  3. Hola, me ha gustado mucho como explicas tu a cocaso.Voy a contar el mío porque es un poco distinto y creo que puede servir a las mamás que non se sientan cómodas con el BLW.
    Mi bebé tiene ahora 15 meses y come bastante bien. Pues bien, tengo amigas que han hecho BLW y me informaban sobre el método, yo leí también bastante sobre el tema pero nunca me sentí segura para llevarlo a cabo. No era mi estilo para nada.
    Mi pediatra también me dio la dichosa hojita de las pautas de la alimentación, así que a los 4 meses empezamos con los cereales y a los 5 con la fruta, esto fue muy frustrante para mí ya que mi bebé no la quería con lo cual comprobé que lo que dicen los expertos es cierto, el bebé no está preparado para la alimentación complementaria hasta los 6 meses. Poco a poco fui empezando con los purés de verduras y de carne, al principio fue difícil porque no le gustaban y tardé en encontrar las recetas
    adecuadas, por ejemplo, el pollo no podía ser hervido, tenía que ser a la plancha con un poquito de aceite de oliva, a pesar de que solo lo recomiendan en crudo, mi peque solo comía cuando lo hacía así. Una vez que descubrí lo que quería fue genial, siempre se comía todo el puré súper bien, pero lo importante que quiero contar aquí es que nunca dejé de ofrecerle pequeños trocitos de comida variada, especialmente en la merienda, le daba trocitos de fruta, luego de verdura etc.
    A los 11 meses mi bebé rechazó los purés de plano, así de repente, no quiso saber nada, los odiaba, también rechazó los purés de fruta, entonces empezó el drama, pero afortunadamente solo duró unos 2 meses, cuando oís que al llegar al año los niños dejan de comer es cierto, literalmente dejan de comer, al principio lo pasé fatal pero una amiga me dijo que recurriera a la papilla de cereales. Eso hice, nunca le obligué a comer, como ya no quería purés empecé a darle nuestra comida poco a poco, el día que comía muy poco le daba papilla de cereal a modo de suplemento, hoy a veces aún se la sigo dando pero ya come casi lo mismo que nosotros con sus manitas perfectamente. Es decir, ambos métodos van bien, lo importante, como muy bien se dice en este post,es que cada mamá,papá y cada familia encuentre el método que le sea más cómodo y además, no solo lo escogemos nosotros, cada peque es un mundo y ellos nos van marcando las pautas.

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