Dos meses de BLW: aspectos prácticos

Bueno, varias semanas después de haber publicado el primer post sobre Baby Led Weaning (BLW), aquí vengo con la segunda parte.

Para quien no leyera en su día la primera y esté interesado en el tema, le recomiendo muy encarecidamente leerla, ya que en aquel post conté qué me llevó a tomar la decisión de hacer BLW con Vera, cuáles eran mis reticencias hacia el método y cómo las afronté, así como los pros y los contras que le veo (y le sigo viendo). 

La idea de este post es hacer un poco de resumen de cuál ha sido la evolución de Vera y dar una serie de consejos prácticos para poner en marcha el BLW.

Pues bien, allá vamos, pero antes de nada me gustaría reiterar que para empezar a hacer BLW debes leerte el libro “El niño ya come solo” de Gill Rapley y Tracey Murkett. Solo así sabrás si tu hijo está preparado o no para empezar con este método (aunque si quieres hacerte una primera idea sobre esto, también hablé de ello en el otro post ), y así además entenderás mejor algunas de las cosas que voy a decir a continuación.

Pues bien, llegados a este punto, Vera lleva ya más de dos meses haciendo BLW. 65 días, para ser más exactos. A continuación voy a poner todos los alimentos que ya tiene introducidos, y luego indicaré el orden en el que se los he ido introduciendo (y aquí mi primer consejo práctico: ve apuntando qué come tu bebé cada día, yo lo escribo en el móvil siempre. Esto es para llevar un registro por si hubiera problemas de alergias, hablo de ello más adelante). Tenéis que tener en cuenta que en este momento Vera aún no tiene ni un diente, con lo cual, le cuestan bastante las comidas más duras tipo carne. Estoy deseando que le salga alguno para poder sofisticar un poco sus menús y que a la pobre no le cueste tanto trabajo.

Pues bien, a día de hoy Vera ha probado los siguientes alimentos:

Plátano, pera, aguacate, pan integral sin sal, tomate, mango, zanahoria, melón, boniato, patata, berenjena, brócoli, papaya, calabaza, sandía, avena (en copos y molida), huevo (la clara y la yema), calabacín, pepino, garbanzos, lentejas, cebolla blanca, cebolla morada, pasta de trigo (espirales y tallarines), puerro, quinoa, colifror, manzana, alubias blancas, arándanos, pollo, bacalao, higos, melocotón, naranja, ternera, cerezas, frambuesas, ciruelas. 

Respecto a condimentos, especias y otros básicos, ha tomado aceite de oliva virgen extra, harina integral de trigo, harina de avena, harina de garbanzo, nuez moscada, pimienta, orégano, albahaca y canela.

Dicho esto, voy a haceros un pequeño diario de lo que Vera ha ido comiendo. No por contaros mi vida, sino para que veáis un poco cuál ha sido la evolución de sus menús. Pongo solo los primeros 30 días porque si no es un rollo. También os digo que, casi siempre, las ideas de qué comer, qué alimentos ofrecer, cómo prepararlos etc. los saco de Internet, aunque de esto también hablo más adelante.

Aclaraciones: en este momento Vera hace cuatro tomas de biberón al día. Una al levantarse, que sería el “desayuno”, otra sobre las 12.30 -13.00 (los horarios son flexibles) que sería la “comida”, otro sobre las 17.30, la “merienda” y finalmente, la cena, que suele ser sobre las 21:00 horas. 

Por el momento, las comidas que hace prácticamente siempre Vera (a no ser que tenga demasiado sueño o que sea un día “especial” distinto a nuestra rutina habitual por el motivo que sea) son el desayuno, la comida y la merienda. Y aquí por “comidas” me refiero a BLW, es decir, a sólidos. Biberón evidentemente nunca se salta ninguno. 

La cena, por ahora, no la toma nunca, porque tenemos bastante establecida la rutina de baño+ bibe y a dormir y por el momento queremos mantenerlo así. 

Pues nada, ahí va el “diario”, que veréis que en medio tiene algunas aclaraciones que creo que pueden ser útiles. 

Día 1- Plátano en merienda. El plátano es una fruta ideal para empezar. Su textura (ni muy blanda ni muy dura) es perfecto para el BLW. Para que le sea más fácil de agarrar, siempre se lo ofrezco con piel (lo lavo antes) y se lo voy pelando poco a poco. 

Día 2- Pera en desayuno. Cortada en tiras. Pera de las de conferencia, es decir, de las blanditas.

Día 3- Aguacate en desayuno. Cada mitad cortada a su vez en otra mitad. La textura del aguacate es también ideal para el BLW. 

Día 4: Plátano en desayuno.

Día 5: Pera en desayuno/ pan (el pan siempre integral y sin sal) con tomate y aceite, mango y plátano en merienda.

Día 6: Plátano en desayuno/ zanahoria al vapor en merienda. En general, es más recomendable cocinar los alimentos al vapor que hervirlos, porque conservan mejor sus nutrientes. 

Día 7: Tomate en desayuno y tomate otra vez en la comida. El tomate se lo suelo cortar en rodajas circulares. Es sin duda uno de sus favoritos. Mango y melón en merienda.

Día 8: Plátano en desayuno , boniato al horno cortado en tiras en comida (también textura ideal para BLW), melón en merienda. Este fue el primer día que tuve una prueba fehaciente de que, efectivamente, algo había comido, porque encontré restos naranjas (del boniato) en su caca.

Día 9: Plátano desayuno, le ofrezco galletas de avena y plátano pero no las quiere, tampoco la berenjena. Melón en merienda.

Día 10: Patata cocida, tomate, un poco de berenjena en comida. Por primera vez coge ella la comida del plato de forma activa (hasta entonces yo se lo mostraba y ella lo cogía con sus manos).

Día 11: Plátano en desayuno, brócoli al vapor (el brócoli también es ideal para el BLW, porque por su tallo es muy fácil de agarrar), pan con tomate y papaya en comida. La papaya la corto en tiras largas. 

Día 12: Tomate y boniato en comida, plátano y papaya en merienda

Día 13: Otra vez no quiere las galletas de avena y plátano en el desayuno, sí la papaya. Brócoli, calabaza (cortada en tiras y al horno) y tomate en comida/ aguacate y plátano en merienda.

Día 14: Patata cocida, zanahoria cocida y tomate en comida/ sandía (sin pepitas, con la corteza lavada para que la pueda sujetar mejor y cortada en pequeños triángulos) y plátano en merienda.

Día 15: Por fin quiere las galletas de avena y plátano en el desayuno. 

Esta es una receta en la que, como veis, insistí bastante, porque me parecían un paso previo muy interesante a otras texturas más sólidas y elaboradas, como las hamburguesas de legumbres, que hoy día come con bastante frecuencia. A día de hoy, estas galletas son uno de los favoritos de Vera y las usamos muchísimo para introducir frutos pequeños que aún no puede agarrar muy bien con sus manos (arándanos, frambuesas, cerezas). Son también un recurso fantástico para llevar a comer cuando salimos fuera. La receta la tenéis en mi Instagram.

Ese día también comió tortilla francesa, boniato, tomate y papaya en comida. Sobre el tema del huevo y cómo introducir este alimento y otros potencialmente alergénicos hablo más adelante, pero el resumen muy resumido es que tienes que ofrecerlo tres días seguidos. Por eso veréis que hay tortilla tres días seguidos (intentamos hacer otras recetas pero fueron un fracaso tras otro) 

Día 16: Tomate en comida/ tortilla francesa y melón en merienda.

Día 17: Tortilla francesa, melón y plátano en comida.

Día 18: Calabacín al horno, bereneja y tomate en comida.

Día 19: Plátano en desayuno.

Día 20: Plátano en desayuno, tomate y plátano en comida/ mango en merienda.

Día 21: Hamburguesas de brócoli, brócoli al vapor y melón en comida/ plátano y melón en merienda.

Día 22: Tomate, pepino (cortado en tiras largas), hamburguesas de garbanzos y plátano en comida/ melón en merienda. Siempre que le ofrezco legumbres también intento ofrecerle algún alimento con vitamina C, porque de esta forma, se absorbe mejor el hierro de las legumbres (suelo optar por el tomate, ya que es uno de sus favoritos).

Día 23: Fusili con salsa de tomate casera (receta en mi Instagram ) y plátano en comida/ aguacate en merienda. Los fusilis eran bastante grandes para que le fueran más fáciles de agarrar (la forma de espiral también ayuda a que los coja mejor).

Día 24: Boniato al horno, brócoli, pera en comida/ aguacate en merienda.

Día 25: Tomate, pepino, hamburguesas de lentejas (receta en mi Instagram) y melón en comida.

Día 26: Plátano en desayuno, nuggets de colifror y patata (receta en mi Instagram ) con palitos de calabaza al horno en comida y melón en merienda.

Día 27: Tomate y hamburguesas de legumbres (berenjena, calabacín, cebolla, colifror, alubias blancas, lentejas y garbanzos) y melón (cortado en tiras largas) en comida / plátano y melón en merienda / 

Día 28: Calabaza al horno y pepino en comida/ mango merienda

Día 29: Tortilla francesa, brócoli al vapor, pepino y melón en comida/ sandía en merienda

Día 30: Tomate y hamburguesas de legumbres en comida / plátano en merienda.
Bueno, y podría seguir pero creo que os hacéis una idea. Como veis, a veces hay bastante variación en las comidas, hay días que hace tres al día y al día siguiente, de pronto, solo toma un plátano en el desayuno. O hay días en los que más o menos hay algo elaborado y, al día siguiente, un simple tomate para comer. Esto puede ser por dos cosas: que ese día hayamos estado de viaje (viajamos bastante) o comiendo fuera (donde el tema de hacer BLW se complica un poco) o que hubiéramos intentado hacer algo pero fuera un fracaso estrepitoso y al final hayamos tenido que improvisar con lo que había en la nevera, que también nos ha pasado más de una vez. De todas formas, esta irregularidad en el número de comidas fue solamente al principio, ahora intentamos mantenerlas prácticamente siempre. 

Pues bien, hasta aquí los alimentos probados por Vera y el orden de introducción en el primer mes.

A partir de aquí, voy a dar una serie de consejos prácticos para quien se esté preguntando cómo va exactamente esto del BLW. Antes de nada, me gustaría subrayar varias cosas:

1- No soy experta en BLW ni pretendo serlo, aunque os aseguro que mi informo MUCHO antes de tomar cualquier decisión relacionada con Vera. Es por esto que, aunque creo que no digo aquí ninguna barbaridad y lo que leas puede resultarte útil, no deberías basarte solo en este post para tomar una decisión sobre si hacer BLW o no o sobre cómo hacerlo.

2- Lo digo mucho pero porque es importante: léete el libro

3- Si os sentís más seguros, podéis buscar asesoramiento profesional. Os puede parecer un snobismo, pero nosotros lo hicimos y quedamos muy contentos. Acudimos a una nutricionista que hacía talleres de BLW y nos sirvió para terminar de despejar nuestras dudas y reticencias y también para tener una visión más completa de cómo debe ser una alimentación equilibrada para un bebé. También es interesante hacer esto porque, de esta forma, estaréis los dos (si es que sois dos) “en el mismo barco” y ambos sabréis perfectamente cómo es el procedimiento del BLW, ya que hay casos en los que uno tiene más información que otro y esto puede ser peligroso.

Consejos prácticos

Aclarado esto, vamos con los consejos prácticos, que tampoco es que sean una ciencia muy compleja ni que me los haya inventado yo, pero bueno, ahí van: 

1- El bebé no debe tener hambre ni sueño cuando vaya a comer. Lo del sueño es lógico, pensaréis muchos. ¿Pero lo del hambre? ¿Cómo va a comer si no tiene hambre?

Para responder a esta pregunta habría que escribir un post entero, pero bueno, voy a intentar resumir. La alimentación complementaria, esa que en los bebés empieza a partir de los seis meses, se llama alimentación complementaria porque complementa a la leche, y no al revés. Es decir, la leche es el alimento principal del bebé, y así lo seguirá siendo hasta que cumpla un año. Por tanto, lo importante es que tome leche, sea está materna o artificial. Que coma otro tipo de alimentos también es necesario, pero la leche es su alimento más importante. Es por esto que no se deben sustituir tomas. Es decir, cuando se le da la famosa “fruta” de merienda habría que darle también leche (una vez más, sea esta de pecho o de biberón). Y así con todas las comidas (esto, por cierto, no es solo para los bebés que hacen BLW, sino para todos en general) . Y es que una papilla de verduras, patata, carne y aceite de oliva le aportaría a nuestro bebé unas 80 kcal (una de frutas aún menos), mientras que una toma de leche son unas 200 kcal. Así que eso para empezar: la leche es fundamental. Estos datos, por cierto, no me los he inventado yo: los he sacado del perfil de Escuela BLW gestionado por Conchi García una nutricnionista experta en BLW cuya cuenta de instagram os recomiendo muchísimo.

Sigamos con lo de que el bebé llegue a tomar los sólidos sin hambre. Precisamente por lo que acabamos de comentar de que la leche es el alimento principal, ésta debe ofrecerse ANTES de la alimentación complementaria, y no después. Si la ofreces después, por fuerza, el bebé tomará menos leche porque tendrá más lleno el estómago, y esto no es lo recomendable, como ya he explicado. 

Dicho esto, muchos os seguiréis preguntando cómo va a comer si no tiene hambre. Pues bien. Para empezar, es tan sencillo como que tu bebé al principio no va a comer. Cuando por primera vez le pongas a tu hijo delante un plátano, o un aguacate o la comida que sea con la que empieces, él no va a saber que eso es comida. No va a saber eso es algo capaz de saciarle el hambre que tiene. Para él, la comida es la imagen de tu teta, o de un biberón lleno de leche. Lo otro es una cosa cualquiera, un juguete más, que se llevará a la boca como se lleva a la boca cualquier cosa que le des, pero ya está. Si le ofreces un plátano teniendo hambre, se cabreará (porque él tiene hambre y lo que quiere es que le des de comer, y él no sabe que eso es comida), se lo llevará a la boca con muchísima ansiedad, no masticará bien y no sabrá gestionarlo, y esto es peligroso. Y fundamentalmente: no lo disfrutará. Y no olvides que disfrutar con la comida es uno de los principios fundamentales del BLW. 

Conforme vaya pasando el tiempo, verás cómo tu hijo se va autorregulando, irá distinguiendo perfectamente lo que es comida de lo que no y, si le das la oportunidad y no lo fuerzas, comerá lo que realmente le apetece y estará bien alimentando y nutrido, siempre que siga una dieta variada y equilibrada. Y sí: comerá. Nunca comerá lo mismo que si le dieras un puré, pero comerá. 

Y ya para concluir con este epígrafe diré que si tu intención es hacer BLW tienes que grabarte a fuego que tienes que olvidarte (sí, sí, olvidarte) de intentar controlar cuánto come tu bebé, y centrarte solo en verlo aprender, disfrutar y alimentarse. Y si no eres capaz de hacer esto, este método no es para ti, y oye, no pasa nada.

2: Poco a poco, irás conociendo a tu hijo e irás desarrollando tus trucos. Que no se deba obligar a comer no significa que no puedas poner en marcha tus estrategias para que coma más o pruebe más cosas. Yo por ejemplo he aprendido que Vera prefiere las cosas frías a las calientes. Así, cuando tiene algún plato caliente, lo que hago es hacerlo con bastante antelación y dejarlo enfriar, y así lo come mucho mejor. También me he dado cuenta que, como todo ser humano, tiene sus preferencias, y cuando en el plato hay uno de sus favoritos no hace caso a nada más. Es el caso, por ejemplo, del tomate: si hay tomate, olvídate de que coma cualquier otra cosa. Es por esto que, si tengo especial interés en que pruebe algo nuevo o coma otra cosa más contundente, le ofrezco primero eso y después el tomate.

También he notado que gestiona mejor los alimentos poco a poco que todos juntos. Imaginaos que un día tiene para comer hamburguesas de garbanzos, brócoli al vapor y pepino, por ejemplo. Si le doy el plato con todo eso, se bloquea un poco, y aunque al final va cogiendo de aquí y de allá, lo recibe mejor si le vas dando las cosas poco a poco. De todas formas, todo esto lo iréis viendo sobre la marcha e incluso irá cambiando a lo largo del tiempo. 

3- Aspectos prácticos. Como gracias al cielo el inicio del BLW nos ha pillado en verano, Vera hace las comidas en pañal. Y de ahí, directamente a la ducha. Cuando llegue el invierno ya será otra historia y habrá que hincharse a poner lavadoras. 

4- Compras: no os volváis locos. Hay muchos negocio con el BLW (esto no lo digo a malas, precisamente gracias a esta “moda” es que yo he podido encontrar tanta información tan fácilmente) y algunas de las cosas que se venden como imprescindibles en realidad no lo son tanto. 

Los baberos, por ejemplo. En realidad yo, por el momento, la mayoría de veces ni se lo pongo, porque total, le da calor, solo le molesta y acaba igualmente pringada, así que de perdidos al río. 

En cualquier caso, claro que he comprado baberos, porque son necesarios, y cuando llegue el invierno Vera ya no podrá comer en pañal. Los mejores para el BLW son los de plástico que tienen un bolsillo para que caiga ahí la comida, porque luego los limpias con la balleta y listo, o directamente los pones debajo del grifo. Para invierno están muy bien los de manga larga. Los hay en muchas tiendas pero yo los he comprado en Primark, y oye, estupendos.

Otra cosa que compré y que se supone que es un básico si haces BLW es el famoso Tidy Tot Se trata de una especie de círculo de plástico compatible con prácticamente todas las tronas que se adhiere a esta con unas ventosas, y que a su vez se une mediante un velcro a un babero de manga larga. De esta forma, no quedan huecos entre la trona y el bebé para que la comida se escurra y caiga al suelo, y al mismo tiempo amplías la superficie de la bandeja de la trona, con lo que hay menos posibilidades de que caiga en el suelo.

Como os he dicho, yo lo tengo, pero por el momento solo lo uso a veces. Principalmente porque ahora en verano el babero de manga larga le da calor, y entonces pongo solo la parte de la bandeja, la verde, pero al no ir junto con el babero, se quedan huecos y el efecto es incompleto, por lo que la comida sigue cayendo al suelo. Cae menos, pero cae. Además, muchas veces esto supone una distracción para Vera: se pone a intentar levantarlo, a jugar con él... lo mejor es la comida sobre la bandeja de la trona y punto. Sin distracciones.

Los platos. Cuando nació Vera, y antes de saber que me iba a enfrascar en la aventura del BLW, me regalaron un plato que sin yo saberlo entonces era otro supuesto básico del BLW. El famoso “Happy Mat” Es un plato que es tipo ventosa, con lo cual, se queda pegado a la trona. De esta forma al bebé no se le cae ni se le mueve para coger la comida, como pasaría con un plato normal sin ventosa. Lo que pasa es que yo he comprobado que Vera gestiona mejor las cosas directamente sobre la bandeja. Aunque bueno, a veces se lo pongo, sobre todo cuando tiene algo de comer que necesito que quede más “contenido”, como por ejemplo la pasta. Y además poco a poco quiero ir introduciéndoselo cada vez más y entonces quizás compre un plato de este tipo donde solo hay un hueco, para cuando ya coma más platos “de mayores” donde toda la comida está mezclada. 

Y por último, el verdadero y único imprescindible es la trona. Y aquí, una vez más, os diría que no os compliquéis: la de IKEA, la básica de 19 € Es ligera, cómoda, y lo más importante: se limpia muy fácilmente. Además, y esto también es fundamental, la bandeja queda a una altura cómoda respecto al niño, esto es, por debajo de sus codos, por lo que se maneja bien a la hora de coger la comida de forma autónoma. Os digo esto porque nosotros teníamos otra trona que nos habían regalado y que en realidad es mucho más buena (y también más cara), pero que no servía para hacer BLW. Primero, porque era de estas que iba forrada en tela, y cada vez que acababa de comer Vera me tenía que poner a lavarla a mano y después tenderla. Imaginaos hacer eso tres veces al día. Un rollo total. Pero luego además es que la bandeja de la trona le quedaba muy alta, como a la altura de las axilas, y le resultaba muy difícil coger la comida. 

Ahora voy a daros webs y recursos útiles donde suelo consultar información: 

- Perfiles de redes sociales:
  • Mamá nutricionista: ya la he mencionado antes, es la madre de Julen, un bebé que también está haciendo BLW, y además es nutricionista, con lo cual habla con mucho conocimiento de causa. Viene muy bien para pillar información y recetas 
  • BLW método: más que recetas, información útil.
-Aplicaciones: 
  • La aplicación “Happy BLW recipies”: la llevo en el móvil y es muy útil para coger ideas de recetas. Puedes filtrar por alimento, esta muy bien. 
-Webs:
  • Por último, cada vez que tengo alguna duda sobre algún alimento concreto, sobre cómo introducirlo, cómo cocinarlo o sobre si puede o no ser alergénico, lo que hago es poner en google: “nombre del alimento + BLW” y normalmente el primer resultado es de la web Aplicando BLW, que está genial y que también debéis de tener entre vuestros favoritos.
Y ya para acabar os voy a dejar aquí un par de fotos con información utilísima que debéis tener siempre a mano:

Cantidades recomendadas de pescado/ carne y huevo diarios. Fuente: escuela BLW 



Lista de alimentos alergénicos. Os recuerdo que, según la teoría del BLW (y bueno, en realidad según las últimas recomendaciones científicas en general, esto debería ser siempre así aunque no sigas BLW, lo que pasa es que muchos pediatras siguen dando aún las recomendaciones antiguas) una vez pasados los seis meses, los bebés pueden comer de todo. Tampoco hay un orden establecido de introducción de alimentos. Simplemente tienes que tener a mano esta lista de alimentos potencialmente alergénicos para, cuando se los introduzcas, estar dándoselos durante tres días seguidos sin introducir ningún otro más durante ese tiempo, y no introducir ninguno nuevo por la noche (para si le hace reacción poder observarlo durante el día). Así, si tiene algún tipo de reacción sabrás que ha sido por ese alimento (por esto también es útil llevar el registro de qué ha ido probando cada día tu bebé) . La lista es esta:




Clasificación del pescado según su cantidad de mercurio. Los que están en verde son los que menos mercurio tienen y, por tanto, los más recomendables. Los que están en rojo son los que más tienen y los que más debéis restringir a vuestro bebé. 



Lista de contenido de nitratos de las verduras (cuantos menos mejor)



Y por último, la lista de alimentos a evitar durante el primer año.



Y creo que ya está. Hasta aquí todo lo que quería contaros en este segundo post sobre BLW. Espero que os haya resultado útil. 

Sin más, hasta aquí por hoy, que no es poco.

Como siempre, ¡gracias por leer!

Un abrazo,

Clara. 

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