BLW: Dudas frecuentes

Hola de nuevo! 

Pues Vera ya ha cumplido un año (madre mía!), lo que significa que ya hemos superado los primeros seis meses de alimentación complementaria, lo que significa a su vez que ya hemos “pasado” la “primera fase” del BLW. [Para quien no sepa muy bien qué es el BLW o esté indeciso sobre si hacerlo o no, le recomiendo leer el post que escribí en su día sobre por qué nos decantamos por este método de alimentación]. 

He pensado que la fecha merecía un post en el que hiciera un poco de balance y resumen de este medio año, que ha sido toda una aventura. Porque al final, cuando te planteas hacer BLW siempre surgen dudas: ¿será buena idea? ¿comerá algo el niño? ¿Y si no hace peso? ¿Es mucho trabajo? ¿Cómo va a comer sin dientes? ¿Esto es sano o es solo una moda? ¿se me va a asfixiar? 

Bueno, deciros que alguna de esas preguntas ya las respondí cuando hice este post a los dos meses de empezar el BLW, así que, que si no lo habéis leído aún, ahora es el momento de hacerlo. Y al resto de ellas... pues no sabría muy bien por dónde empezar. 
¿Volvería a hacerlo? 

Creo que la pregunta que podría resumirlo todo sería: ¿si pudieras volver atrás, volverías a hacer BLW? Y la respuesta es un rotundo SÍ. Y creo que con esto ya está casi todo dicho, en realidad. Pero bueno, lo desarrollaré un poco: volvería a hacerlo porque me parece lo más natural, en el sentido de lo que más se ajusta a los ritmos del niño, a sus tiempos físicos y psicológicos. 

Al probar los alimentos uno a uno, viéndolos físicamente (le das un tomate entero, un aguacate entero, un plátano entero, no “camuflados” en un puré) el bebé es mucho más consciente de lo que come. No es lo mismo que desde el primer día te estén dando todos los días una papilla (que además, salvo algunas variaciones siempre sabe prácticamente igual y no se parece en nada a la comida que comerá cuando sea más mayor) a que cada día te den un alimento nuevo que tú puedes tocar con tus manos, entender que tiene distintas texturas al del día anterior, que su color es distinto, que su temperatura también, y por supuesto, que su sabor es otro. 

Es, además, un método muy divertido (divertido si obviamos todo lo que tienes que limpiar, que no es poco) y en el que el bebé disfruta muchísimo. En resumen, creo que lo haría de nuevo porque me parece que es la primera piedra dentro del largo camino que es seguir una alimentación variada, equilibrada y sana. Aunque esto requiere de trabajo (mucho) por parte de los padres: no por hacer BLW tu hijo va a comer saludablemente de forma automática, ni tampoco va gustarle todo lo que le des, porque los bebés tienen sus gustos como todo el mundo. Que tu hijo siga una alimentación equilibrada dependerá de lo que le ofrezcas durante este tiempo pero también cuando se “acabe” la etapa del BLW (aunque, en realidad, la filosofía del BLW como tal, lo de no obligar a comer, respetar la sensación de saciedad y que el niño se autorregule no debería acabarse nunca). No sirve de nada que estés un año y medio dándole a tu hijo brócoli y hamburguesas de garbanzos si luego cuando sea más mayor un día sí y otro no hay pizza para cenar o galletas industriales para merendar. Pero bueno, esa es otra historia, y cada cual que haga como considere. 

Resumen mensual 

Esas serían un poco las reflexiones introductoras. A continuación, creo que algo útil podría ser hacer una especie de resumen de la evolución que ha tenido Vera mes a mes. En relación a esto, quizás os pueda interesar leer este post en el que publique el menú de Vera, día a día, durante los primeros dos meses de BLW, con algunos tips y recetas. Esto lo hago no para que comparéis a vuestro hijo con Vera, porque cada niño tiene sus tiempos y sus circunstancias (de hecho, creo que mis nulas dotes culinarias iniciales hicieron que Vera tardase más de lo normal en comer cosas con cierta sofisticación), sino porque cuando nosotros nos adentramos en la aventura del BLW busqué con mucho interés reflexiones de padres que ya hubieran hecho BLW hace tiempo, porque a mi alrededor no había ninguna familia que hubiera seguido este método. Buscaba niños que ya fueran mayores y pudieran ser, por así decirlo, "casos de éxito "del BLW. Pero me costó mucho encontrarlos. 

Antes de empezar, debéis tener en cuenta que a Vera le salió el primer diente a los 11 meses, es decir, la mayor parte del tiempo ha estado comiendo sin ningún diente. Esto, a priori, puede parecer un problema, pero os aseguro que lo masticaba todo con las encías la mar de bien. 

  • Primer mes: es un mes de adaptación. Si durante los seis primeros meses de alimentación complementaria la leche (sea materna o artificial) sigue siendo su principal alimento, esto es más verdad que nunca en este mes. Texturas blandas, mucha fruta y verdura, introducción del huevo. La comida cortada en forma de bastoncillos. Comer come poco, sino que más bien juega, se mancha toda y lo lanza al suelo. Limpiar y más limpiar. Pura diversión (no, en serio, es muy divertido, porque se pringa mucho y se divierte pringándose, y las caras que pone son una risa). 
  • Segundo mes: metemos las legumbres, en formato hamburguesa. Va adquiriendo cada vez más destreza. Es raro que tosa comiendo ya. Prácticamente todas las elaboraciones son al horno.
  • Tercer mes: metemos la carne y el pescado. Croquetas, muslo de pollo (desmigajándole yo la carne), mini hamburguesas de ternera y cerdo, y pescados con muy poco rebozado en harina integral. Os recuerdo que las cantidades máximas de pescado, carne y hueco en esta etapa os las comenté en este post
  • Cuarto mes: Vera ya come muy bien, tiene 9 meses. Pero progresivamente voy notando que se va haciendo más selectiva y hay cosas que no quiere aunque antes le gustaban. Me doy cuenta de que mi cocina se ha estancado y que había poca variedad. Le voy dando cosas nuevas y varío las elaboraciones de las antiguas, y le van gustando. Aún así, y esto se mantiene hasta ahora, cuando algo no le gusta o no tiene el día, no se lo come. 
  • Quinto mes: Vera tiene 10 meses. Empezamos con el tenedor. Se maneja muy bien (yo le pincho la comida, le doy el tenedor a ella y ella se lo lleva a la boca, o a veces pincha ella con mi ayuda) y lo incorporamos a prácticamente todas las comidas. Los cortes dejan de ser tipo bastoncillo y pasan a ser trozos normales, pequeños, como en cuadrados. Es cada vez más cómodo compartir menú con ella. 
  • Sexto mes: Vera tiene 11 meses. Come perfectamente, prácticamente cualquier plato que podamos comer nosotros (excepto los guisos y los platos caldosos, porque aún no usa la cuchara, tenemos que ponernos a ello). 

Bueno, pues este sería el resumen mes a mes, espero que os haya servido. Mirándolo con retrospectiva, el paso de los meses me ha hecho un ver un beneficio más del BLW del que en su día aún no era consciente. Ya en este post os hablé de las ventajas y los inconvenientes que le veía al método, que eran varios y variados, pero hoy quiero hablar de otro punto a favor: Vera lleva ya unos meses que come prácticamente de todo, y lo que no come es porque o no lo consumimos habitualmente en casa o porque no sé cómo ofrecérselo (recordemos mis nulas dotes culinaria). Pienso que, de haber seguido una alimentación "tradicional" en la que le hubiera dado triturados, desde hace unas semanas para acá el cuerpo le habría ido pidiendo ya comida sólida (Vera siempre ha mostrado mucho interés por lo que comíamos nosotros), pero quizá, y sólo quizá, esa transición no hubiera sido fácil. Esto en realidad es una conjetura, porque no lo sé, pero sí sé que hay algunos niños que no llevan bien el paso del puré a los sólidos, y simplemente con el BLW ese camino te lo ahorras. 
Ahora voy a responder a algunas preguntas que quizás pueden interesaros a muchos: 

¿Ha hecho el peso? 

Una de las preguntas más frecuentes sobre los niños que hacen BLW es el tema del peso, de si el niño "engordará" todo lo que le corresponde de acuerdo a su edad. Aquí habría que aclarar que en la etapa que va de los seis a los doce meses los niños ya no crecen tanto como, por ejemplo, del primer al segundo mes, del segundo al tercero etc. Hay a quien le da "miedo" hacer BLW porque no sabe realmente lo que está comiendo el niño y eso le agobia. A este respecto, diré que Vera se ha mantenido en su peso sin problemas, que era un "buen" peso -expresión que, por otro lado, no me gusta nada-. Esto es, ha ido cogiendo peso según iba creciendo, y se ha mantenido en su percentil todo el rato (50). Así que le ha ido perfectamente (y ni siquiera lo fui comprobando todos los meses, ya que sólo la pesaba los meses que tenía revisión). 

¿Y nunca os habéis llevado un susto?

Es el otro gran miedo de quienes se plantean hacer BLW. ¿Se me va a asfixiar el niño? Pues no, os diré que en todo este tiempo, no hemos tenido ningún susto con Vera. Y es que si te informas bien (leyendo algún libro sobre el tema e, idealmente, acudiendo a algún taller) no hay absolutamente ningún problema porque conocerás cuáles son las medidas de seguridad y lo que debes a hacer y lo que no. Y aunque reitero que debéis informaros por más vías que por aquí, os recuerdo que en el primer post que hice sobre BLW di las nociones básicas de seguridad para empezar con este método. 

¿Has seguidos los 'mandamientos' punto por punto?

La mayoría, sí, pero no todos. Me explico: la filosofía del BLW es bastante sencilla, y muy resumidamente podría decirse que consiste en dejar que sea tu hijo el que lleve la iniciativa en su alimentación, olvidándote de controlar cuánto come y, por supuesto, sin forzarle a comer cuando no quiere hacerlo. A esta premisa básica luego se le van añadiendo cositas que la apoyan, como por ejemplo que, idealmente, deberíais de compartir todas las comidas con tu hijo, esto es, comer al mismo tiempo que él y comer lo mismo. Pues bueno, yo esto hay muchas veces que no lo he hecho. Desayunar sí desayunamos juntas siempre (pan con aceite y tomate y alguna fruta), y merendar algunas veces también, pero la verdad es que en el transcurso de estos seis meses han sido más las veces que Vera ha comido primero y yo después que las que hemos comido juntas. Lo siento, pero yo no puedo sobrevivir a base de brócoli y calabaza al vapor, ni comer a las 12:30 horas. En cualquier caso, como he sido consciente de que esto era algo importante (todo el tema de la mesa familiar lo es, el compartir el momento de la comida, el ser ejemplo y comer lo mismo que ellos, que vean que toda la familia sigue una alimentación saludable... todo forma parte del círculo de una alimentación sana, cuyas primeras piedras se están poniendo ahora) es algo que he estado intentando trabajar más últimamente, y ahora casi todos los días Vera y yo comemos a la vez y casi lo mismo, y los fines de semana todos juntos. He tenido que adelantar bastante mi hora de la comida, pero bueno. También, según ha ido pasando el tiempo y Vera ha ido comiendo más cosas, nuestros menús han ido convergiendo cada vez más y es mucho más sencillo que comamos lo mismo o muy similar sin que haya riesgo de que yo muera de inanición. 

Por otro lado, Vera todavía no cena. Y aunque reconozco que es algo que me da muchísima pereza -si ya me cuesta la vida pensar qué le doy de comer cada día y cuadrar el menú semanal para que sea variado y equilibrado, es pensar en tener que hacerlo también por la noche y me quiero morir-, la verdad es que el momento se acerca cada vez más, supongo. En realidad, Vera todavía no cena "como los mayores"(cenar claro que cena, se toma su bibe cargadito de cereales antes de dormir) sencillamente porque llega a la noche muerta, rendida, y a partir de las 20 horas el cuerpo le pide acostarse cuanto antes. No la veo con ninguna gana de sentarla en la trona a cenar, la verdad. Ya llegará el momento. 

Así que nada, creo que aquí me voy a quedar. Iba a a hablar de los alimentos que ya tiene introducidos Vera, pero no creo que sea de gran relevancia aquí, la verdad (ya he dicho que es prácticamente todo lo que comemos en casa excepto las cosas que no puede tomar, como el embutido y cosas así, y las cosas que no sé cómo ofrecerle porque mi imaginación y destreza en la cocina es limitada). También iba a mencionar las compras que considero imprescindibles para hacer el BLW algo más cómodo -porque cómodo, lo que se dice cómodo, no es- pero de eso ya hablé en este post. Pero ahí no hablé de la picadora, que es algo que compramos hace dos meses y que me hizo ver el cielo abierto. De verdad, no sé cómo pude tener la santa paciencia de hacer BLW antes sin tenerla. Compraos una. Ahora, para la etapa que viene, estoy pensando en pillar una yogurtera, pero no estoy del todo segura. ¿Alguien en la sala que tenga una? ¿Qué tal la experiencia? ¿Algún modelo que recomendéis? Se agradece la información. 

Pues creo que me despido hasta aquí por hoy, que no es poco. Dentro de -espero- no mucho haré un post con las pautas más importantes a seguir en el BLW a partir del año, porque ya he hecho mis "deberes" y he estudiado el tema. 

Sin más, hasta la próxima, no sin antes deciros que, si estáis dudando, que probéis, que si os informáis lo suficiente para hacer un BLW seguro, la experiencia os encantará. 

Un abrazo y, como siempre, gracias por leer. 

Clara.

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