Nuestros últimos favoritos

¡Hola a todos!

¿Cómo estáis? Espero que bien, y que la "nueva normalidad" os esté dando alguna que otra alegría. Yo ya vuelvo a estar de nuevo acojonada con cómo estoy viendo el panorama, pero bueno, mejor no saquemos ese tema.

El caso es que el otro día estaba ojeando el blog y me di cuenta que llevaba prácticamente un año sin hablaros de nuestros últimos favoritos. La verdad sea dicha que tampoco es que haya grandes novedades, al menos no ninguna adquisición gorda más allá de lo que a Vera le cayó por su cumple -allá por diciembre- o lo que le trajeron los Reyes. Pero bueno, alguna cosa interesante sí que ha caído, y quería aprovechar que aquí se puede hablar un poco más extensamente que en IG para enseñároslas.

Así que nada, allá vamos. Una vez más -aunque creo que continúa siendo obvio- os recuerdo que nadie me paga para que ningún producto aparezca aquí y que nadie me ha regalado nada de todo lo que os voy a enseñar. Soy muy pesada pero es algo que siempre me gusta aclarar. Y ahora sí que sí, vamos allá:

-Un ábaco. Sí, un ábaco. Cuando el papá de Vera sugirió comprárselo a Vera, yo dije que era demasiado pronto, ya que mi bebé solo tenía dos años y medio por aquel entonces, y yo había leído en el blog de Malena Martín -una educadora muy interesante que se dedica a divulgar la enseñanza de las matemáticas de una forma manipulativa- que, a pesar de ser un material muy vistoso que llama mucho la atención, no se recomienda su uso antes de los 6 o 7 años. Aún así, su padre insistió en comprarlo y, a día de hoy, me alegro de que así lo hiciera, porque le encanta y lo usa a menudo. ¿Y cómo? Pues os lo explico por si estáis interesados.

Antes de comprarlo, Vera llevaba unas semanas con un interés brutal en contar, lo contaba todo, e iba por casa mirándose los dedos y contando (me la como). Así que cuando llegó el ábaco y vio que servía para contar, le gustó mucho. Si estáis más o menos familiarizados con ese material, sabréis que sirve mucho para trabajar las unidades/decenas/centenas etc y que también se puede sumar, restar, multiplicar y dividir con él. Nosotros, de todo eso, obviamente, por ahora, nada de nada. Lo que hacemos es contar, contar cosas. Por ejemplo, nos ponemos ella y yo con el ábaco y vamos por turnos. Primero yo digo, por ejemplo... "Voy a contar cuántas lámparas tenemos en el salón.... una y dos". Y luego ella dice, yo que sé, "voy a contar cuántas sillas hay en esa mesa...una, dos, tres y cuatro". Y así vamos contando cosas, es algo que le gusta mucho y, desde mi ignorancia, creo que es algo que va genial para el pensamiento matemático. Puedes comprarlo aquí

-Rueda de vocales: continúo con el que sería nuestro otro descubrimiento así como más "pedagógico", que es esta rueda de vocales hecha por Mi Tea, una marca de juguetes artesanales que me gusta mucho y que además tiene detrás una historia de inclusión social muy bonita. El caso es que vi este juguete en su Instagram y me gustó, porque Vera reconoce ya muchas letras -los imanes de letras que os enseñé en su día han ayudado mucho en eso- y pensé que este juego le podría divertir... y efectivamente, le gusta. No es que nos pasemos horas con ello -sinceramente no nos pasamos horas seguidas con nada- pero le gusta hacerlo y se entretiene un rato. Yo lo veo un juguete muy bonito. 


-Juego Roll & Play: este juguete estaba "en mi lista" desde hacía tiempo (yo y mis listas...), pero la verdad es que no lo habíamos comprado (aunque parezca mentira, compramos pocas cosas). Pero estos días estamos pasando unos días en casa de los primos (por fin!!! gracias, nueva normalidad!) y resulta que ellos lo tienen. ¡¡Y cómo nos gusta!! En serio, me parece un juego GENIAL, buenísimo para aprender a esperar los turnos, para trabajar la empatía, para hacer juegos de rol, expresión corporal... mil cosas. Y a los niños les encanta, y mucho. Pues eso, que soy súper fan, y me parece un regalo ideal para los dos años. Puedes comprarlo aquí



-Puzzles, dominós, etc: llevaba un tiempo que quería investigar el tema de los puzzles con Vera. Ella tiene uno de esos típicos de botón, de los de madera, de cuando era pequeña (y que en su día os enseñé en este post) pero poco más, y quería puzzles así como más de mayores. Lo mejor fue que ni siquiera tuve que comprarlos, porque  los encontré en casa de mis padres, guardados en el trastero desde hacía años. ¡Me encanta reutilizar juguetes! Así que últimamente hemos estado haciéndolos (también encontré varios dominós y juegos de estos de emparejar) y la verdad es que creo que son un juego muy bueno para trabajar la paciencia, la concentración, la tolerancia a la frustración, la lógica, la motricidad fina... jajajaj, en fin, todo!! Por ahora hemos hecho de no muchas piezas, poco a poco a ver si vamos aumentando y dentro de poco conseguimos hacer estos puzzles preciosos de nuestros cuentos favoritos del mundo, que desde que los vi les tengo unas ganas tremendas. Aunque bueno, creo que habrá que esperar porque tienen más de 100 piezas.


-Cama elástica: bueno, supongo que no somos la única familia que en los últimos meses -básicamente a raíz del confinamiento- ha comprado una cama elástica, ¿verdad? Y lo sé porque la nuestra, que es de Decathlon, estuvo agotada durante varias semanas. Compramos la cama elástica durante la cuarentena porque, en fin, no hace falta que os lo explique, los niños necesitan moverse, y la verdad es que fue un acierto. De nuevo, no es que esté todo el día saltando -no está todo el día haciendo nada concreto, como ya he dicho- pero sí que salta todos los días y le gusta bastante. Y a mí también me gusta mucho que tenga esa opción de "desfogue" dentro de casa cuando lo necesita. Y yo pensaba que iba a ser el típico "muerto" de tener en casa, que iba a estar siempre por medio, pero la verdad es que no. Obviamente, le hemos asignado un rincón pero se mueve y se levanta muy fácilmente, es bastante ligera y en cualquier momento te la llevas a otro lado -de hecho a Vera le gusta traérsela a la cocina cuando estamos cocinando-.


-Y ya que estamos con Decathlon sigo con él, para hablaros de nuestra cometa. Aprovechamos que tenemos la inmensa suerte de vivir frente al mar y hemos comprado una cometa, y muchos días vamos a la playa a volarla y es muy bonito. He de reconocer que Vera se cansa pronto y que alguna vez que otra se le ha escapado la cometa y hemos salido corriendo detrás de ella, pero bueno, es una actividad que a mí personalmente me encanta hacer y que a ella le gusta también, aunque no todos los días.

-Siguiendo con las actividades al aire libre, y aquí ya me estoy remontando a los Reyes Magos, a Vera le trajeron uno de los archiconocidos patinetes Micro. A ella le encantaban -antes de tenerlo, siempre que veía uno en el parque, lo robaba y se montaba- y los Reyes le trajeron uno y fue un acierto total. Sus Majestades de Oriente hicieron todo un estudio de mercado y llegaron a la conclusión de que esa marca era la mejor, y sin duda coincido con su criterio, porque la calidad es genial. Fue el regalo estrella de Vera y aunque es verdad que lo usa por rachas -hay semanas que lo quiere sacar todos los días y luego semanas que nunca quiere sacarlo, vete tú a saber bajo qué criterio-, a mí es algo que me encanta que tenga porque es una actividad muy activa a la que le veo un montón de beneficios. Eso sí, con casco, por favor. No me voy a poner aquí a echar sermones porque no es mi papel ni me apetece, pero de todos los niños que veo por la calle con patinete/bici prácticamente ninguno llega casco. A Vera le trajeron el casco al mismo tiempo que el patinete y ella tiene perfectamente asumido que no puede patinar sin casco -cuando a los niños les explicas las normas, cumplen como los que más-. Y no me extraña, porque teniendo un casco tan bonito como este, ¿quién no va a querer ponérselo?


-Tizas para el suelo: cuando por fin liberaron a los niños después del encierro, hubo que buscar nuevas formas de entretenimiento en la calle, además de la calle en sí misma. Con los columpios y todo el resto de actividades y espacios que pudieran implicar la presencia de niños cerrada, había que buscar alternativas. Así que compramos una de estas tizas. He de confesar que yo al principio era reticente a ellas, porque no estaba del todo convencida con eso de pintar y "ensuciar" el suelo público. Pensaba que "molestábamos" o que estábamos dañando algo que es de todos, pero la verdad es que según iban pasando las semanas y veía cómo estaban siendo tratados los niños en la desescalada, llegué a la conclusión de que no tenía ya el chichi para farolillos y pensé que era el momento de que los niños tomaran las calles y se hicieran visibles. Así que eso, todo este rollo para contaros que últimamente hemos estado jugando con tizas para el suelo. Y bueno, deciros que es mejor cuando hay más niños, porque al menos en nuestro caso, si no me toca a mí también agacharme a pintar y la verdad es que es un poco cansado, todo hay que decirlo. Pero bueno, que el juego está bien. Las hay de varias marcas -algunas inexplicablemente caras para mi gusto-, pero yo las compré en un bazar de toda la vida súper baratas. 
-Respecto a juguetes, y con esto también me remito a los Reyes, os quiero enseñar esta maravillosa casita de Melissa & Doug que en su día os enseñé en Instagram y que no sabéis cómo ha triunfado en esta casa, porque da para mil posibilidades de juego. Primero para lo obvio, que es para abrir y cerrar las cerraduras y llamar a los timbre -genial para la motricidad fina- y luego bueno, pues para el típico juego de montarte una historia y jugar a los muñecos de toda la vida, que es algo en lo que también he notado una gran evolución en Vera en los últimos meses y que me gusta mucho observar.


-Y ya para acabar, y para que veáis que no sólo os cuento cosas buenas, sino también alguna decepción, os enseño algo que la verdad es que no ha cumplido con mis expectativas. Se trata de las tarjetas de Abremente, a las que les tenía echado el ojo a estas desde hace tiempo.  Hace unos días, cuando íbamos a volar en avión, fui a la librería a comprar un cuento de pegatinas para Vera (nunca volamos sin uno, es mi truco de entretenimiento y supervivencia infalible en los aviones) pero no encontré ninguno que me convenciera (no tenían ninguno de Usborne ni de Melisa & Doug, que son nuestros favoritos, y los otros que habían no me decían nada, estoy un poco saturada de unicornios ya).  El caso es que cuando ya me iba a ir con las manos vacías vi estas tarjetas en las que salen acertijos y preguntas para que el niño los resuelva (los hay de distintas edades ) y lo compré. Esperé el momento apropiado para sacarlos en el avión -no hay que poner toda la carne en el asador demasiado pronto- pero cuando lo hice, la verdad, no fueron el hit que me esperaba. Sencillamente, a Vera no le divertían. Ni a mí tampoco. Aquello parecía más un examen que otra cosa. No sé, no nos cuajaron, qué le vamos a hacer.


Y bueno, hasta aquí nuestros últimos descubrimientos. Estoy segura de que se nos olvidan cosas, pero bueno, si es que en realidad tampoco es que esté yo aquí inventando la rueda con lo que os cuento, que hoy día con Internet ya está todo muy visto. Me despido no sin antes mencionar que, obviamente, nuestros descubrimientos constantes son los cuentos, cuentos y más cuentos. En esta casa nunca faltan los cuentos, bien sean comprados o bien sean de la biblioteca (que gracias al cielo ya están volviendo a abrir, aunque sea con cuentagotas) y que como siempre, sabéis que los voy enseñando todos en mi Instagram. 

Creo que no me dejo nada, así que me despido ya.

Un abrazo, y como siempre, gracias por leer.

Clara.


Quizás te interese...


Comentarios