Nuestros favoritos para el juego desestructurado

¡Hola!

¿Cómo estáis?

Pues hoy venía a hablarlos de algo que últimamente me -nos- está interesando mucho, y que es nada más y nada menos que el juego desestructurado. Y algunos de los que me estéis leyendo diréis "pues claro, juego desestructurado, obviamente, es buenísimo, ¿alguna novedad que aportar?", mientras que otros diréis "what? eso qué es? ¿juego desordenado? ¿Juego sin estructura? No entiendo".

Bueno pues, básicamente el juego desestructurado es aquel en el que no hay unas normas concretas sobre cómo jugar, sino que, simplemente, se le ofrece un material al niño y este decide qué quiere hacer con él. Son juguetes con final abierto (open-ended toys en inglés), es decir, el juego podría no terminar nunca y además se puede jugar a prácticamente cualquier cosa con él. 

Y de nuevo, vosotros diréis: "pues claro, los niños pueden jugar a todo con cualquier cosa, no hay unas normas establecidas sobre a qué jugar y a qué no". Y yo os diré: pues sí y no. Porque además, una de las características de este tipo de juguetes es que son juguetes con los que los niños tienen que poder hacer cosas. Esto parece obvio pero, de nuevo, no lo es tanto. Y es que es importante tener en cuenta que debe ser el niño el que juegue, no el juguete el que juegue por el niño. Esto puede parecer absurdo, pero para mí es muy importante, y lo tengo siempre en cuenta cuando le compro cosas a Vera o cuando nuestra familia le hace regalos. 

Os explico: si yo le doy a un niño un coche que tiene música, luces, se mueve y mil cosas más, pues el niño lo va a mirar embelesado alucinando, pero ya está. Quiero decir: lo va a mirar, como quien mira la televisión, porque verdaderamente, poco más le queda que hacer a él si el juguete ya lo hace todo. Sin embargo, si tú le das a un niño un coche mucho más sencillo, que no hace ruido, que no tiene luces, que no se mueve ni hace piruetas, será el niño el que haga todo eso. Será el niño el que ponga en marcha toda su imaginación y se invente mil historias con él, porque es un juguete que le permite hacer cosas, aunque a priori parezca "peor". Y ya si encima, en lugar de un coche, lo que pones en las manos del niño es un simple trozo de madera y le dices  -o directamente lo dice él- "mira, esto es un coche, brum brum", y lo deslizas por el suelo como si fuera una carretera, ya la imaginación que está usando ahí y el nivel de abstracción al que llega al niño es muy superior y, creedme, muy positivo. El psicólogo Álvaro Bilbao, al que supongo que muchos conocéis, explicó esto hace un tiempo en su IG en un vídeo que me gustó mucho y que os recomiendo. 

En definitiva, que cuando pienso en juguetes para Vera pienso en juguetes activos, no en juguetes pasivos. Esto lo explica muy bien también una infografía realizada por una mami de IG a la que sigo y que ya me habréis visto recomendar muchas veces y que me encanta, y que es esta: 

Y bueno, la verdad es que no sé si con lo que he dicho os habrá quedado más o menos claro en qué consiste el juego desestructurado. Si os dejáis seducir por él y os interesa saber más, os recomiendo que sigáis tanto a la mami que acabo de mencionar arriba como a Priscila Vela, autora del libro "Piezas sueltas, el juego infinito de crear", que aún no he leído pero que tengo pendiente desde hace tiempo.

Sin más, voy con la lista que tenemos nosotras. Antes me gustaría aclarar que nada de lo que yo voy a poner por aquí es realmente necesario para llevar a cabo este tipo de juego. Quiero decir: materiales de este tipo hay muchísimos, y casi todos son bastante buenos. Yo os hablo de los pocos que tenemos nosotras, que es verdad que nos encantan y que de corazón os recomiendo, pero estoy segura de que si tuviéramos otros parecidos también nos chiflarían. Así que eso, no os quedéis con la literalidad de los productos -aunque, repito, os los recomiendo todos y cada uno de ellos, si no los pondría- sino más bien con la idea de que el juego desestructurado es lo más, es entrar en la libertad infinita de jugar y en la creatividad eterna, y que solo tiene que hacernos ese "click" en la cabeza para que nos lancemos a descubrirlo y a disfrutrar con él, porque de verdad que yo me lo paso súper bien.

Y ahora sí que sí, vamos allá:

-Arcoíris Waldorf: los que me seguís en Instagram sabréis que he tenido una relación de amor-odio con el archiconocido arcoíris. Compré el nuestro a mitad de precio -lo cual me hizo sentir prácticamente como si me hubiera tocado el euromillón- cuando Vera tenía poco más de un año. No le hizo ni puto caso. Yo se lo iba poniendo así como con formas bonitas, mostrándole cosas que se podían hacer con él. Ni puto caso. Así que, como ya había yo leído que se trata de un juguete para niños más mayores (a partir de 2 años y medio, diría yo) lo guardé. Cada cierto tiempo lo iba sacando, pero la reacción siempre era la misma: ni puto caso. Hasta que llegó el confinamiento. Y si me llegan a decir que en aquellos meses de encierro, el juguete que más usaríamos iba a ser ese, os juro que no me lo habría creído. Pero el caso es que sí, que lo usamos muchísimo, y que, como tanto había leído, efectivamente, Vera lo usaba para TODO. A quienes lo tenéis no hace falta que os lo cuente: es un material súper versátil -todos los materiales desestructurados lo son- que lo mismo sirve para hace un túnel para los coches, unas cabañas para los animales o, yo que sé, una cajas para guardar comida de un restaurante que improvisamos en un momento. Y a quienes no sabéis si comprarlo o no porque veis que Instagram está inundado de él pero pensáis más bien que quizás es simplemente una decoración cara -bastante cara- os diré que sí, que se usa, pero que esperéis. Yo diría que a partir de los 3 años acertáis, pero antes no. 



-Bloques sensoriales: cometí el error de comprar estos bloques sensoriales tan bonitos para el primer cumpleaños de Vera. Y digo "cometí el error" no porque no nos gustaran ni porque luego Vera no los haya usado, sino porque básicamente no le hizo caso hasta mucho tiempo más tarde, como pasó con el arcoíris. Vamos, que era algo que no era, ni de lejos, algo para una niña de un año. De nuevo, es lo que tiene dejarse llevar por el Instagram y por las influmamis que te sacan unas "esferas de percepción" y te dice que a su bebé de a 8 meses LE FLIPAN. Ay, JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA, que me muero de la risa. Y lo que es peor es que yo he llegado a creerme gilipolleces de ese tipo. 

Pero bueno, que me entra la vena hater y me voy por las ramas. Vamos a lo que vamos, los bloques sensoriales estos de madera. Recuerdo como yo le hacía en su zona de juegos recurrentemente como construcciones bonitas con ellos, para "invitarla" a jugar, pero ella los miraba dos segundos y ya -muchas veces lo que pasa, en realidad, es que hay que rebajar las expectativas, porque como juegan los bebés de esa edad a menudo es precisamente mirando algo dos segundos y ya, pero buneo-. Sí que es cierto que utilizábamos los que están rellenos de bolitas -hay unos rellenos de bolitas, otros de líquido, otros de arena y otros translúcidos- para agitarlos y hacer música, y de hecho recuerdo que con eso nos pasábamos un buen rato y era muy divertido, pero poco más. 

Ahora bien, por fin, y al igual que pasó con el arcoíris, fue durante el confinamiento -es que en el confinamiento jugamos mucho- cuando empezó a usarlos. Y como todo lo que aparece en este post, son un juguete muy versátil. En aquella época triunfaba mucho la combinación de arcoíris + estos bloques + animales. Así que bueno, en resumidas cuentas, que sí que son unos bloques que recomiendo mucho (aunque no para niños de 1 año, claro. Yo diría de dos y medio en adelante). Son unos juguetes muy bien hechos con una madera robusta, muy bien acabados. Al final son unos bloques que han sufrido mucho, que se han llevado golpes -porque las construcciones que hacemos se caen- y que están en muy buen estado. Y eso, que son muy divertidos y bonitos. 

-Animales. Ya sabéis que por aquí somos muy fans de los animales de juguete -tampoco es que estemos descubriendo la pólvora, yo creo que a cualquier niño de 2 años en adelante le gustan-, y no me canso de recomendarlos. No en vano, estuvieron incluidos en mi lista de 10 juguetes favoritos de los 0 a los 3 años. Son como un juguete básico, que siempre viene bien, que pega con todo. Y sí, por supuesto que son un juego desestructurado, porque el juego desestructurado no es solo construir cosas. Como ya os he dicho alguna vez, los animales de juguete de Vera son heredados míos, así que comprar hemos comprado pocos, aunque si tuviera que elegir, los de la marca Schleich no tienen competencia. Es verdad que son caros porque se compran por unidad pero es que están muy bien hechos y son muy muy realistas. 


-Pirámide Grimms pequeña: es posible que este haya sido uno de los juguetes más "jugados" de la infancia de Vera, y en mi caso será un juguete que recordaré para siempre porque fue verdaderamente el que nos abrió la puerta al increíble mundo del juego desestructurado. Compré esta pirámide de bloques de madera de distintos tamaños y colores sin muchas expectativas, la verdad. Y una tarde de estas de juego en las que todo fluye se la di a Vera y chas, se hizo la magia. Y a partir de ahí, al igual que el arcoíris, pero incluso todavía más, lo usaba para todo, todas las tardes, y os aseguro que era un espectáculo verla jugar -bueno, vernos, porque casi siempre jugamos juntas- y las cosas que inventaba.

Es un juego, como he explicado antes, que no tiene fin, porque una cosa te lleva a la otra, y pasas de una historia a otra en un momento. Como también he dicho antes, estos bloques de madera no son nada concreto, y precisamente por eso, pueden ser cualquier cosa: en las manos de Vera han sido, por poner solo algunos ejemplos, su colegio -sobre todo su colegio, ha jugado muchísimo a representar con ellos sus días en la escuela-, la calle, un avión, un castillo, una frutería... y un sinfín de cosas que ya soy incapaz de recordar. Para mí, este juguete es TOP, y volvería a comprarlo mil veces -está en su versión grande también, que estoy segura que también mola mucho-. Gracias a él hemos recorrido mil mundos en una sola tarde, de verdad, me encanta. Además, aunque pueda parecer que son mil piezas y que luego se va a quedar todo por ahí, vienen en su bandejita, y recogerlas también es divertido -es de lo poco que recoge sin rechistar- porque es también como un juego, y el propio niño se da cuenta cuando algo no está en su sitio -es un material autocorregible, al estilo de los materiales Montessori-. 

-Magna Tiles: estos cayeron por el cumple de Vera, gracias a la recomendación de unos amigos que nos conocen bien y sabían, como así ha sido, que nos iban a encantar. Creo que es el juguete que más ha triunfado en la vida de Vera, si no me falla la memoria. Los quiere usar todos los días desde que lo tiene, juega con ellos por las mañanas antes de irse al cole y nada más volver. Se trata de unos bloques translúcidos imantados con los que se pueden hacer construcciones de forma muy sencilla y que quedan visualmente muy bonitos (si se reflejan con la luz de la ventana, se ve la imagen en el suelo y queda precioso). Son, sorpresa, otro juguete de lo más versátil, porque se pueden construir mil cosas distintas con ellos. Además molan porque, una vez que tienes unos pocos, se puede ir aumentando la colección poco a poco y poniéndole como complementos, por ejemplo yo les tengo echado el ojo a una especie de tubos que han sacado como para meter canicas y tal. A Vera le regalaron como el set de iniciación, el de 57 piezas, aunque en realidad, si lo llego a saber, creo que habría pillado el de 100, porque cuando estás ahí a tope construyendo cosas mola mucho tener muchas piezas para poder hacer algo espectacular. Pero bueno, ya iremos comprando poco a poco. 

-Figuras de personas de madera: esto es un set que le pusieron los Reyes Magos en casa de los abuelos a Vera. Yo ya lo tenía fichadísimo desde hacía tiempo, porque los vi en persona en su día y me encantaron, y estuve esperando hasta que Sus Majestades de Oriente hicieron su magia. Me gustan porque, como digo, se trata claramente de un material desestructurado, porque al final, como con todo lo que aquí os muestro, no hay única manera de jugar con ellos, al igual que no hay una forma correcta o incorrecta de utilizarlos, al mismo tiempo que son un material más concreto, como menos abstracto y más "real", porque, al final, son figuras con personas reales -imágenes de verdad, no dibujos, esto me gusta mucho- y además muy diversas en cuanto a razas, edades, habilidades y distintas profesiones, que es una temática que a los niños suele gustarle mucho. Es un juguete que me gusta mucho, pero mucho. Y a Vera también, y además desde el día que llegaron a su vida, porque como os podéis imaginar son el complemento perfecto para introducir en todas las historias que se monta con el resto de juguetes de los que os acabo de hablar.

Así que nada, hasta aquí mi post, espero que os haya gustado y os haya inspirado. Y recalcar que mi intención con este texto no era hacer una lista de la compra, sino simplemente animaros a descubrir el juego desestructurado -que en realidad tampoco es que tenga mucha ciencia, que parece que haya aquí que hacer un máster o algo y no- con vuestros hijos, porque estoy segura que os quedaréis asombrados por su capacidad de imaginación e inventiva. Y bueno, luego lo de siempre, porque jugando juntos se crean unos vínculos que se guardan para siempre. Y repito una y mil veces: aunque todos estos juguetes me encantan y os los recomiendo una y mil veces, y cada vez que entro a una web (porque por desgracia donde vivo no hay jugueterías físicas que vendan este tipo de juguetes) y veo cosas me gustan casi todas, la realidad es que, necesitar necesitar, los niños no necesitan nada de esto. Porque, en realidad, los niños, salvo algunas cosas básicas que todos sabemos cuáles son, no necesitan cosas. Lo que necesitan los niños es la presencia y el amor de sus padres, nada más. Y lo demás viene solo. Pero bueno, que eso también lo sabéis vosotros, que sois muy listos, y no quiero dar lecciones aquí yo a nadie, de verdad.

Sin más, me despido por hoy. Espero que os haya gustado el post.

Abrazo grande y cuidaos mucho. El juego, como siempre, puede ser un excelente refugio para estos tiempos convulsos.

Clara.


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Comentarios

  1. Me ha encantado, tomo nota, estoy devorando varias entradas de tu blog :-) no soy mucho de redes sociales, así que te seguiré por aquí. Hasta pronto.

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  2. Unos juegos infantiles muy adecuados para nuestros pequeños. También es importante aumentar la complejidad de los juguetes a medida que nuestro hijo vaya creciendo. De esta forma, ofrecemos un reto muy tentador y obtendrá capacidad de superación, siempre y cuando detectemos que no se esté frustrando.

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